Inteligencia Emocional aplicada a la PAREJA

Sigmund Freud dijo: la capacidad de amar y de trabajar constituyen los indicadores que indican el éxito de la madurez.

Basándonos en esto, el bajo por ciento de los matrimonios y el alto número de divorcios en el mundo actual, convertiría la madurez en una etapa de la vida en peligro de extinción que requeriría, hoy más que nunca la ayuda de la Inteligencia Emocional.

POR QUÉ FRACASA LA RELACIÓN DE PAREJA:
Las críticas destructivas es una incipiente señal de alarma que indica que el matrimonio o la relación de pareja, está en peligro. En una relación sana, tanto el hombre como la mujer se sienten con la suficiente confianza como para exponer de manera abierta sus quejas, pero suele pasar que en medio del enojo, las quejas se formulen de manera destructiva, bajo la forma de ataque contra el carácter del otro miembro de la pareja.

La diferencia que hay entre una queja y una crítica personal, es evidente. En la queja, uno señala específicamente aquello que le molesta del otro miembro de la pareja y critica sus acciones –no a su persona- expresando lo que siente. Ejemplo: “Cuando te olvidaste de recogerme la ropa de la tintorería, me sentí como que no te importaba”
En el caso de la crítica personal, uno de los miembros de la pareja, utiliza el hecho de pedir algo para atacar al otro. Ejemplo: “Siempre eres igual de egoísta e insensible, no puedo confiar en ti para que hagas nada”

Este tipo de crítica, hace que el otro adopte una actitud defensiva y que no contribuirá mucho a que la relación mejore, sino muy al contrario. Y si a esto le añadimos insultos y gestos, serán aún más destructivas y aunque este tipo de situaciones no hacen que una relación se rompa, si es cierto que es una buena base para ello.

CONSEJO-1: En estos casos si aplicamos la Inteligencia Emocional podemos hacer que la situación no vaya a más y no se repitan, utilizando una comunicación más asertiva.
Este tipo de comunicación se basa como en el primer ejemplo, en decir la queja, sin atacar a la otra parte, pero sí, expresando lo mal que nos hemos sentido con el hecho.

Ejemplos:
·         “Cuando el otro día te olvidaste de mi cumpleaños, me sentí muy mal….estas cosas me hacen pensar que quizás ya no me quieres como al principio, ya que entonces te acordabas siempre.”
·         “Cada día te olvidas de sacar la basura y si no recuerdo mal, quedamos que tú la sacarías y yo lavaría los platos. Al final yo siempre hago mi parte y además debo hacer la tuya. Pienso que ya no te importo, y que te da igual si estoy cansada o si no….”
·         “Anoche volviste a olvidar de cerrar la puerta del piso, ¿crees que habría algun sistema que te recordara que hay que hacerlo? o ¿te parece que yo la cierre y a cambio tú hagas una de las cosas que me corresponden a mi?”

Dentro de las parejas, uno de los miembros puede desbordarse antes que el otro, es decir que cuando empieza la discusión, ambos aumentan su ritmo cardíaco y al final uno de ellos salta. Eso hace que llegados a este punto, esa persona ya no escuche, sus pensamientos sean confusos y no haya la más pequeña posibilidad para asumir el punto de vista del otro y solucionar las cosas de forma razonable. Todo esto llevará a un deterioro de la pareja, a que cada uno intente solucionar la situación por su cuenta e incluso a la posibilidad de vivir vidas paralelas hasta llegar a la separación.

Las consecuencias de la falta de Inteligencia Emocional resultan evidentes hasta llegar a la separación o divorcio. El circuito basado en la crítica, el menosprecio, la actitud defensiva, el cierre en uno mismo, la desconfianza y el desbordamiento emocional son reflejos de la desintegración, de la pérdida del autocontrol emocional, de la empatía, de la falta de asertividad y de la capacidad de consolarse mutuamente.

CONSEJO-2: Este tipo de situaciones puede darse en la mayoría de parejas y no por ello debe ser alarmante, pero si los hechos son habituales y repetidos, entonces si habéis de poneros manos a la obra, y no dejar que esto siga y desencadene en una ruptura.
En estos casos lo mejor es aprender a gestionar las emociones y todos los recursos que tengamos a mano, leyendo libros o buscando consejo profesional. Con el coaching descubrirás qué áreas has de trabajar y de qué forma. El coach te acompañará en el proceso hasta que consigas gestionar tus emociones de forma que puedas hablar con cualquier persona sin alterarte, con respeto, y manteniendo las forma en todo momento.

Artículo basado en el libro de Daniel Goleman “Inteligencia Emocional”
Consultas: info@coachingyconsiguelo.com  

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